Emociona ver cuanta ternura hay en tus ojos.
Cuanta calidez en tus manos sobre el vientre de tu mujer.
Un aire de padre amoroso se dibuja en tu sonrisa,
húmedos brillitos asoman en tus pupilas.
Te veo padre…y como tu padre, noble, puro incondicional.
Pura emoción, pura bondad.
Sos la continuidad, el círculo perfecto, donde todo vuelve a comenzar.
(iad)
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